A los amigos de Jesús les costaba entender sus enseñanzas. Por ejemplo, un día, en un pueblo, había gente que no quiso dejar a Jesús un sitio para dormir. Los amigos de Jesús se enfadaron mucho. Y como habían visto el poder de Jesús, le dijeron: «¿Y si mandas que baje fuego del cielo para que los castigue?» Jesús les riñó, porque no habían entendido nada de lo que siempre les decía, sobre la paz y el perdón.
Tampoco lo entendían bien los que se acercaban y le decían: «Yo voy a ir contigo», «Yo te seguiré siempre», «Yo quiero ser tu amigo…» Pero cuando Jesús les invitaba a seguirle de verdad, siempre tenían alguna excusa para retrasarse: «Es que tengo que hacer cosas en casa», «Es que soy muy pequeño», «Es que todavía no estoy preparado…» Por eso Jesús les decía: «Si quieres ser mi amigo y vivir como yo, empieza ahora mismo».
«Caminamos con Jesús.» © Autorización de San Pablo Multimedia
Porque quiero hacerte caso...
Porque quiero contestarte bien...
Para hablar bien de los demás...
Porque necesito escucharte...
Porque quiero vivir como Tú y darme a los demás...
...¡quiero seguirte, Jesús!