Un día Jesús les quiso contar a sus discípulos cómo es Dios. Pero ya les advirtió: «Esto es un poco difícil de entender. A lo mejor no podéis comprenderlo todo ahora». Entonces les prometió que, para que lo entendieran del todo, un día les mandaría su Espíritu, y lo llamó
«Busca mi rostro.» © Autorización de Provincia Vedruna de Europa
Descansa en ti su mirada,
en sus manos te lleva tatuada.
Descansa en ti su mirada,
¿Quién te ha querido alguna vez así?
Él es el Santo,
Él es el Fuerte,
pero ha querido abajarse hasta ti.
A su proyecto, ¡respóndele que sí!
y Él danzará de alegría por ti.
Sólo Dios salva,
sólo Dios alza,
Él defiende tu causa hasta el fin.
Que su Palabra de liberación
encuentre en ti a su mejor cantor.
Creo en Dios Padre, Creador de todas las cosas,
que nos quiere tanto que nos envía a su Hijo y nos hace hijos suyos.
Dios, creo en ti.
Creo en el Hijo, Jesús, nuestro Señor y Salvador,
que nos acerca al Padre, nos salva y es nuestro hermano.
Dios, creo en ti.
Creo en el Espíritu Santo,
que nos da fuerza para vivir como hijos de Dios y discípulos de Jesús.
Dios, creo en ti.