Jesús nació en Belén en tiempos del rey Herodes.
Unos magos que venían de Oriente aparecieron en Jerusalén, y preguntaban: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». El rey Herodes sintió muchísima envidia, y se enfadó. Gritaba: «¡El rey soy yo!» Y quería acabar con el niño. Aunque intentó que no se le notara.
Entonces Herodes dijo a los magos que se enterasen de dónde estaba el niño. Les dijo que él también quería ir a adorarlo. Pero era mentira. Lo que quería era acabar con él. Los magos se marcharon, y la estrella les llevó hasta un establo. Y allí, al entrar, vieron al niño, y a María y José. Se pusieron de rodillas y lo adoraron. Y le dieron los regalos que se hacían entonces a los reyes: oro, incienso y mirra.
Esa noche un ángel les dijo que no hicieran ni caso a Herodes, y ellos entonces se marcharon a su tierra por otro camino.
«Esto que soy.» © Autorización de San Pablo Multimedia
Mi humilde regalo…
para ti, Jesús.
Mi día y mi trabajo…
para ti, Jesús.
Mi juego y mi descanso…
para ti, Jesús.
Mi noche y mi sueño…
para ti, Jesús.
Mi abrazo que da calor a tantos…
para ti, Jesús.
Mi mano que quiere ayudar...
para ti, Jesús.
Mi deseo de ser mejor…
para ti, Jesús.
Mi sonrisa para María y José…
para ti, Jesús.