Mc 11, 1-10
Cuando Jesús y los suyos estaban llegando a Jerusalén, encargó a los discípulos que le trajeran un burro que había allí pastando. Lo cubrieron con mantos y Jesús se sentó en él, y así entró en la ciudad. Allí muchas personas se empezaron a acercar, y todos estaban muy contentos al verle. Llevaban ramos de olivo y gritaban: “¡Hossannah! Bendito el que viene en nombre del Señor, bendito el que llega”. Era casi como si estuviera entrando un rey con todo su desfile, pero al tiempo era Jesús, humilde, montado en un burro.
Te damos gracias (canción)
Te damos gracias, oh Señor,
porque haces maravillas en tu pueblo, Señor.
Señor, Señor, Señor Tú estás aquí.