Jesús se dedicaba a ir de pueblo en pueblo. En cada lugar al que llegaba les decía lo mismo. “Ya llega el Reino de Dios. Convertíos y creed en la buena noticia”. Y es que Jesús sabía que la gente necesitaba escuchar algo bueno, que les diera esperanza. Y sabía que ese es el mensaje del Padre Dios. Había un lago en Galilea, que era enorme. Uno de esos días, al pasar por la orilla, vio a dos pescadores echando las redes. Eran muy parecidos, porque eran hermanos. Se llamaban Simón y Andrés. Jesús se los quedó mirando. Ellos le miraron también. Entonces Jesús les dijo: “¿Por qué no venís conmigo, que en lugar de pescar peces hay que ayudar a que las personas entiendan la buena noticia?” Ellos se miraron, y sonrieron, porque les gustó la idea. Dejaron la barca y se fueron con él. Y lo mismo pasó con otros dos amigos suyos, Santiago y Juan, que estaban cosiendo las redes. Todos se fueron con él. Así se iba formando un grupo de amigos, que iban a compartir juntos el proyecto de Jesús.
«Materiales grupo Compasión.» © Con la autorización de Grupo compasión
Jesús, porque has visto que puedo ser uno de tus amigos…
Jesús, porque quieres que te acompañe…
Jesús, porque puedo explicar a los demás tu buena noticia…
Jesús, porque te sabes mi nombre…
…gracias por contar conmigo.