Juan Bautista era el primo de Jesús. Se fue al desierto, y le decía a la gente: “Tenéis que cambiar, porque está cerca el reino de Dios”. Y recordaba las palabras del profeta Isaías: “Preparad el camino del Señor, allanad sus caminos”. Juan llevaba un vestido de piel de camello, con un cinturón de cuero. Comía saltamontes y miel. Y mucha gente acudía a él. Confesaban sus pecados, y él los bautizaba. Juan criticaba a los que venían sin convertirse. Les llamaba víboras. Y les decía que si no se convertían no serviría de nada el bautismo. También anunciaba: “Detrás de mí viene uno más poderoso que yo. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con el Espíritu santo y fuego”. Se refería a Jesús.
Abrid los ojos y cantad,
la vida llegará.
Dichoso quien me acoja hoy,
su gozo anunciará.
Ya viene (ya viene).
El Niño Dios de Belén,
trayendo la liberación
a todo pueblo y nación.
Ya viene (ya viene) el niño Dios de Belén,
trayendo gozo e ilusión
a vuestro corazón.
La tierra entera sentirá
mi abrazo en su corazón.
El mundo a gritos cantará
que no habrá más opresión.
Los pobres del Señor verán
la luz que trae la verdad.
Mendigos llenos de calor
por fin ya reinarán.
Un hombre a otro ayudará,
compartirán el perdón.
No sólo estoy en el portal,
también en cada rincón.
Pastorcillos de la ciudad,
llevadme este cantar:
Sabréis que siempre es Navidad
porque sabréis amar.