Jesús les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Como se hacía tarde, los discípulos fueron a decirle: «El lugar es despoblado y la hora está avanzada, despídelos para que vayan a los campos y a las aldeas vecinas a comprar algo para comer». Jesús les respondió: «Dadles vosotros de comer». Replicaron: «Tendríamos que comprar pan por doscientos denarios para darles de comer». Pero Jesús les dijo: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver».
Lo averiguaron y le dijeron: «Cinco panes y dos pescados». Ordenó que los hicieran recostarse en grupos sobre la hierba verde. Se sentaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la vista al cielo, bendijo y partió los panes y se los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran; y repartió también los pescados entre todos. Comieron todos y quedaron satisfechos. Recogieron las sobras de los panes y los pescados y llenaron doce cestos. Los que comieron los panes eran cinco mil hombres.
«Ite inflamate omnia» © Autorización de Compañía de Jesús Chile
«Sonidos de la tierra sin mal» © Con la autorización de Luis Szaran
Enséñame, Señor, lo que tengo que enseñar,
y enséñame, sobre todo,
lo que tengo que aprender.
Para que también yo
continúe considerándome alumno
en la escuela donde Tú
eres el único maestro
que enseñas desde dentro.
Aumenta mi hambre de verdad
para que no descanse sobre conquistas fáciles,
sino que convierta la vida entera
en una búsqueda incesante.
Que sepa amar sin condiciones,
como amas Tú,
que vea en los más débiles
una cita para la entrega gratuita
y que sepa enseñar siempre con alegría
a través de los gestos,
más que del discurso de las palabras.