Aspirad a los carismas mejores. Y ahora os indicaré un camino mucho mejor. Aunque hable todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy un metal estridente o un platillo estruendoso. Aunque posea el don de profecía y conozca todos los misterios y la ciencia, aunque tenga fe como para mover montañas, si no tengo amor no soy nada. Aunque reparta todos mis bienes y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, es amable, el amor no es envidioso ni fanfarrón, no es orgulloso ni destemplado, no busca su interés, no se irrita, no apunta las ofensas, no se alegra de la injusticia, se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no acabará nunca.
«Verbum Panis» © Autorización de San Pablo Multimedia
No hay caminos en mi vida, Señor; apenas senderos que hoy abro y mañana desaparecen. Yo estoy en la edad de los caminos: caminos cruzados, caminos paralelos. Yo vivo en encrucijada y mi brújula, Señor, no marca el norte. Yo corro cansado hacia la meta y el polvo del camino se me agarra a cada paso, como la oscuridad a la noche. Yo voy a galope caminando, y a tientas busco un rastro, y sigo unas pisadas. Y me digo: ¿Dónde me lleva el camino? ¿Eres quien ha extendido a lo largo de mi vida un camino? ¿Cuál es el mío? Si Tú me lo has dado me pertenece. ¿Dónde me lleva? Si Tú lo has trazado quiero saber la meta. Señor, yo busco tu camino (sólo uno), y me fío de tu Palabra. Dame fuerza, tesón a cada paso para caminar contigo. Yo busco ahora un camino, Señor. Tú, que eres Camino, da luz verde a mi vida pues a abrir camino Tú me llamas. (anónimo)