Cuida de tu siervo y viviré para cumplir tu palabra. Despeja mis ojos y contemplaré tus maravillas. Soy peregrino en la tierra, no me ocultes tu voluntad.
«Dios te ama» © Autorización de Tere Larraín
Caminaré siempre en tu presencia por el camino de la vida. Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda. Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya. Caminaré a pie descalzo, con el único gozo de saber que eres mi tesoro. Toma mis manos, hazlas acogedoras Toma mi corazón, hazlo ardiente. Toma mis pies, hazlos incansables. Toma mis ojos, hazlos transparentes. Toma mis horas grises, hazlas novedad. Hazte compañero inseparable de mis caídas y tribulaciones. Y enséñame a gozar en el camino de las pequeñas cosas que me regalas, sabiendo siempre ir más allá sin quedarme en las cunetas de los caminos. Toma mis cansancios, hazlos tuyos. Toma mis veredas, hazlas tu camino. Toma mis mentiras, hazlas verdad. Toma mis muertes, hazlas vida. Toma mi pobreza, hazla tu riqueza. Toma mi obediencia, hazla tu gozo. Toma mi nada, haz lo que quieras. Toma mi familia, hazla tuya. Toma mis pecados. Toma mis faltas de amor, mis eternas omisiones, mis permanentes desilusiones, mis horas de amarguras. Camina, Señor, conmigo; Acércate a mis pisadas. Hazme nuevo en la donación, alegría en la entrega, gozo desbordante al dar la vida, al gastarse en tu servicio.