







La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado.
Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa ‘Dios-con-nosotros’». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
«Busca mi rostro» © Autorización de Provincia Vedruna de Europa
«40 años de música» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Estás en mi vida. Estás
mientras velo y mientras sueño.
El Amor no reconoce
simples fronteras de tiempo.
Eres mi atmósfera diaria,
aunque en otras cosas pienso.
Cuando soy consciente, vibro
de en Ti descubrirme inmerso.
Eres más mi corazón
que el que me late en el pecho.
Entre la vida y la muerte,
tuyo me quisiste eterno.
(Luis Carlos Flores Mateos, SJ)