







Jesús puso a sus discípulos esta comparación: «Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
«Nosotros somos el cuerpo de Cristo» © Permiso pedido a CVX joven de Chile
«Soul Gardener» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Pasarán los dramas que hoy parecen absolutos,
se apagarán los fuegos que arden en torno.
Las heridas en carne viva dejarán de escocer.
Pasarán los recuerdos que a ratos nos aprisionan,
los que nos alzan al cielo
y los que nos atan al suelo duro y frío.
Vendrá la calma
tras la tormenta que a veces sacude nuestros cimientos.
Pasarán los momentos de dicha
que uno aferra con avidez.
También ellos se irán,
dejando en la memoria
gratitud difusa por esa posesión
que ya nadie podrá arrebatarnos.
Olvidaremos mil nombres.
Las urgencias de ahora serán humo,
desvanecido en el viento.
Pero seguirá Tu voz.
Y tu evangelio.
Y la Historia de Amor que despliegas
en estas historias nuestras, tan humanas
y tan llenas de Ti.
Señor, no nos dejes olvidar tu Palabra,
que nos muestra la ruta
hacia lo eterno.
(José María R. Olaizola, SJ)