Mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro le dijo: «Sígueme». Él respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Jesús le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». Jesús le contestó: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».
«Cuánto vale la vida » © Autorización de Jesús Cabello
«ReStrung» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
– Señor, quiero seguirte, y claro que voy a hacerlo. Sólo que ahora no es el momento, es que la vida está muy apretada. Es que mi agenda está sobrecargada. Es que ahora me debo a mis estudios, a mi trabajo, a mis aficiones, a mis amigos, a mi familia… Pero sí, algún día encontraré tiempo. Tiempo para rezar más, tiempo para profundizar en tu evangelio. Tiempo para cuidar la vida de sacramentos. Tiempo para los pobres. Tiempo para amar mejor… Algún día lo haré.
– No te engañes. Siempre habrá un ‘ahora’ que parece más urgente. Siempre habrá motivos para posponer los riesgos, para que se imponga el miedo, la comodidad o la seguridad. Tú sígueme ahora. Hoy. Sígueme a vivir en la intemperie vital, donde no todo es seguro, donde las preguntas muerden, donde el prójimo exige, donde el amor te complica. Ven, conmigo, hoy, ahora.
(Rezandovoy)