Algunos escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un milagro tuyo». Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más señal que la del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».
«En lo alto» © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
«Taizé instrumental I» © Autorización de Atheliers et Press de Taizé
Acércate a mis ojos
y cura todas mis cegueras
con el colirio de tu luz y amor.
A veces, me ciegan los espejismos,
los guiños constantes de este mundo.
Quisiera contemplarte en cada rostro,
en la belleza que has creado,
en cada eucaristía,
en quien sufre,
en lo que me produce alegría y tristeza.
Dame tu mirada
para advertirte cerca cada día
y reconocerte a mi lado
en esos momentos de altibajos, gozos,
cansancios, luchas, encuentros.
Maestro, que pueda ver. Que pueda verte.
(Fermín Negre)