Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
»Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».
«La lluvia de tu misericordia» © Difusión libre cortesía de Ixcís
Si las personas son irrazonables, inconsecuentes y egoístas,
ámalas de todos modos.
Si haces el bien, te acusarán de tener oscuros motivos egoístas, haz el bien de todos modos.
Si tienes éxito y te ganas falsos amigos y enemigos verdaderos,
lucha de todos modos.
El bien que hagas hoy será olvidado mañana,
haz el bien de todos modos.
La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerables,
sé sincero y franco de todos modos.
Lo que has tardado años en construir puede ser destruido en una noche,
vuélvelo a construir de todos modos.
Alguien que necesita ayuda de verdad puede atrasarte si le ayudas,
ayúdale de todos modos.
Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán
a pesar de ello,
Dios conoce nuestras debilidades
y nos ama de todos modos.
(santa Teresa de Calcuta)