Llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».
«Una historia regalada» © Difusión libre cortesía de Ixcís
«Native Intuition» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
A veces me pregunto,
¿cuál será tu voluntad?
Y lo digo encogido,
con la boca pequeña,
como temiendo
una respuesta
que me saque
de rutinas,
de seguridades,
de mi mundo estrecho.
Olvido
que tu voluntad ya la sabía
antes de hacer la pregunta.
Es la dignidad de tus hijos,
la vida a borbotones,
un amor como el tuyo,
la libertad conquistada,
y la fe,
curtida en silencios y batallas.
Y olvido que tu voluntad
me rescata
de rutinas,
de seguridades,
de mi mundo estrecho
para llamarme madre,
hermano y hermana,
compartiendo,
en tu abrazo universal,
el fuego de todo un Dios.
(José María R. Olaizola, SJ)