Hermanos: Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le ha concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
«Cómo te podré pagar» © Difusión libre cortesía de Brotes de Olivo
«Hope» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Yo vi un puente cordial tenderse generoso
de una roca erizada a otra erizada roca,
sobre un abismo negro, profundo y misterioso
que se abría en la tierra como una inmensa boca.
Yo vi otro puente bueno unir las dos orillas
de un río turbio y hondo, cuyas aguas cambiantes
arrastraban con furia las frágiles barquillas
que chocaban rompiéndose en las rocas distantes.
Yo vi también tendido otro elevado puente
que casi se ocultaba entre nubes hurañas…
¡Y su dorso armonioso unía triunfalmente,
en un glorioso gesto, dos cumbres de montañas!…
Puentes, puentes cordiales… Vuestra curva atrevida
une rocas, montañas, riberas sin temor…
¡Y que aun sobre el abismo tan hondo de la vida,
para todas las almas no haya un puente de amor…!
(Dulce María Loynaz)