El pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior acerca de Juan, si no sería él el Mesías. Entonces Juan les respondió a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal, como una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
«Tiempo de alianza» © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
Dios nos eligió
para mostrarnos unos a otros
el rostro del amor de Dios.
Somos el vocabulario de Dios;
palabras vivas
para dar voz a la bondad de Dios
con nuestra propia bondad,
para dar voz a la compasión, la ternura,
la solicitud y la fidelidad de Dios
con las nuestras propias.
(Leo Rock)