Jesús tomó la palabra y dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».
«Quiero construirte una casa, Señor » © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
Porque a veces
estoy cansado y agobiado,
herido, derrotado,
triste o desbordado,
vengo a Ti,
luz que rompe las tinieblas.
Porque a veces
me siento barro frágil
necesitado de forma,
de aliento, de sentido,
vengo a Ti,
alfarero de humanidad.
Porque a veces
grito con júbilo,
río con fuerza,
amo con ganas,
vengo a Ti,
Palabra que enamora.
Cansado o ligero,
sano o herido,
exultante o derrotado
vengo a Ti,
y estoy en casa.
(José María R. Olaizola, SJ)