Jesús dijo a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de la gente, perpleja por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
»Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
«Vive Dios» © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
«Meditations for flute» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
No desistas, Señor, sigue insistiendo
en venir a nosotros, en hacerte
vecino del dolor y de la lágrima.
Ven más cada mañana,
nunca dejes
de acercarte.
Sucede
que la arcilla es así,
que está rajada
de añoranza y de amor
y nuestro cántaro
se nos queda sin sol,
se cuela el agua
hacia Ti.
Sigue empeñado,
a pesar de nosotros y la aurora,
viniendo a nuestra sed.
Llegará un día
en que todo estará
como Tú quieras.
(Valentín Arteaga)