Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son ‘días de venganza’ para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo. ‘Caerán a filo de espada’, los llevarán cautivos ‘a todas las naciones’, y ‘Jerusalén será pisoteada por gentiles’, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».
«Dawn of hope» © Publicada en Youtube Soothing Relaxation
Iré contigo,
sin tejer nidos
con ramas que se secan
y esconden el horizonte
con su redonda caricia.
Sin los atajos de la prisa
que ignoran los paisajes,
atropellan los instantes,
ni besan ni respiran.
Sin girar sobre mí mismo,
rueda atascada en la queja
de lodos viejos y podridos
sin sol y sin hermanos.
Iré contigo,
que oyes con corazón hospitalario
para sanar todos los lamentos,
que abrazas las últimas espaldas
para avanzar con todos y a tiempo,
que llegas en todo ahora
para estar partiendo siempre.
(Benjamín G. Buelta, SJ)