Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro».
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.
«Voices of Heaven» © Permisos pedidos a Erato Disques
Cuando me llamas yo te escucho, y mi voz te responde. Tú buscas mi rostro, aunque no siempre lo encuentras. Y a veces puedes pensar que estoy lejos, airado o distante. Pero quiero que sepas que yo estoy a tu lado, velando por ti. No te rechazaré ni te abandonaré, aunque todos los demás te den la espalda, o aunque tú mismo te sientas indigno. Yo te indicaré mi camino. Te llevaré por un sendero llano. Y llegarás a gozar de la dicha de mi Reino en el país de la vida. Espera en mí, sé valiente, ten ánimo... espera en mí.
(Rezandovoy, el salmo 27 a la manera de Dios)