¡Vanidad de vanidades! –dice Qohelet–; vanidad de vanidades ¡todo es vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todos los esfuerzos que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre permanece. Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento y a sus vueltas vuelve el viento. Todos los ríos caminan al mar y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan los ríos, desde allí vuelven a caminar.
Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. ¿No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír? Lo que pasó, eso pasará; lo que se hizo, eso se hará: nada hay nuevo bajo el sol. Si de algo se dice: «Mira, esto es nuevo», ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores.
«La última puerta (Sencillo)» © Autorización de Cristóbal Fones
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