Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos.
»Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
«Como un niño» © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
«Soul Gardener» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Yo te digo a ti, que me escuchas. Ama a tus enemigos. A aquellos con quienes tienes dificultades, a los que a veces te sacan de quicio. A los que no te comprenden o te atacan, deséales el bien, que eso también es amar. Más aún, trátalos bien. Habla bien de quien de ti habla mal. Ruega por quien te critica. Si alguien te hiere en una mejilla, muéstrale la otra. Y al que te pida algo, dale el doble. Con generosidad, y sin impaciencia. Lo que esperas que otros hagan contigo, eso es lo que tienes que hacer tú. Si amas a quienes te aman, ¿qué te distingue de cualquier persona? Si prestas como negocio, ¿qué valor tiene? Yo te digo que hagas el bien sin esperar nada a cambio, al modo de Dios, que es bueno con todos.
Ten compasión, del mismo modo que tu Padre del cielo lo es. No juzgues, y no se te juzgará. No condenes, y no habrá condena contra ti. Perdona y acoge el perdón. Da y recibirás mucho más. Recibirás mucho más de lo que esperas. Recogerás lo que siembras.
(Rezandovoy. Adaptación libre de Lc 6, 27-38)