Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis».
«Llena este lugar» © Con la autorización de Maxi Larghi
Cantan la paz y hacen la guerra.
Gritan amor y escupen odio.
Escriben libertad
en cadenas que forjan para otros.
Señalan a Dios, acusando,
«¿No eras omnipotente?».
Pero con su propio poder
no mueven un dedo
para aliviar dolores ajenos.
Sonríen por fuera
y desprecian por dentro.
Dicen que todos somos únicos,
pero rechazan a los diferentes.
Tras pancartas de justicia
ocultan la indiferencia.
Acusan: «ellos».
Pero ¿no seremos nosotros?
(José María Rodríguez Olaizola, SJ)