Al pasar, Jesús vio a un hombre llamado Mateo sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y le siguió.
Y sucedió que estando a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al verlo los fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?». Pero él, al oírlo, dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Id, pues, a aprender qué significa aquello de: ‘Misericordia quiero, que no sacrificio’. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
«Contigo+feliz» © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
«En reflexión» © Autorización de Fernando Leiva