El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
«En espíritu y en verdad» © Difusión libre cortesía de Ixcís
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Envíanos tu Espíritu.
A veces, nos faltan las fuerzas. Danos tu fortaleza.
A veces, no sabemos qué camino escoger. Danos tu consejo.
A veces, abandonamos con facilidad cuidar un corazón orante. Danos tu piedad.
A veces, perdidos en el pasado y en el futuro, se nos olvida saborear los regalos que nos das en el momento presente. Danos tu sabiduría.
A veces, no entendemos tus cosas y tus caminos. Danos tu entendimiento.
A veces, nos perdemos en elucubraciones y teorías, olvidando que la mayor ciencia es amar. Danos tu ciencia.
A veces, tememos perder fama, reconocimiento, aplausos. Que nuestro único temor sea perderte a ti, quedarnos sin ti, dejar de seguirte y de darnos a los demás. Danos el don de temor de Dios.
Envíanos tu Espíritu para que en todo sepamos amar y servir.
(Fermín Negre)