Jesús dijo a los suyos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: ‘No matarás’, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano ‘imbécil’, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama ‘necio’, merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».
«Vive Dios» © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
«Meditative Guitar» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Si no sois mejores que los que presumen de virtud no entraréis en el reino de los cielos. Los mandamientos dicen «No matarás». Pero yo te digo: Si andas enfadado, enfrentado con tu hermano, siempre con reproches, rencores y distancias, ¿no estás haciendo tú lo mismo? Si llamas a alguien imbécil, o para el caso lo atacas o insultas de cualquier modo, en persona, o en ese mundo virtual que es hoy en día tan hostil, te estás alejando de mí. Si cuando vas a acercarte a mi mesa, a participar en la Eucaristía, a acoger mi entrega, te das cuenta de que has hecho daño a alguien, vete a poner solución. Pide perdón. Ofrece reconciliación. De otro modo terminarás encerrado en la prisión del odio y la amargura, que es implacable.
Adaptación libre de Mt 5, 20-26 (Rezandovoy)