Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría,
y te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.
«silencio de amor» © Permisos pedidos a Jesed Ministerio de música
En Ti solo el amor.
Fuera, en las cosas
nada más que tu huella,
la añoranza
en su piel
rozada apenas
por tu paso un instante,
la ternura
de tus manos...
Yo te busco, te sigo,
nunca llego a tenerte,
estoy muy lejos,
Señor.
Van mis caminos
hacia Ti cada día.
Me equivoco
muchísimo.
Tardes hay en que creo
que me tomas las manos
y de pronto
son las cosas,
tu huella, las que beso
como si fueras Tú.
Quizá no acierte
aún
en mucho tiempo,
pero sigo
sabiendo
que el amor es todo tuyo.
(Valentín Arteaga)