Jesús dijo a sus apóstoles: «Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa, saludadla. Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros. Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad aquella sacudiendo el polvo de vuestros pies. Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad».
«Padre Nuestro. Un nuevo modo de ser» © Difusión libre cortesía de Ixcís
«The promise fulfilled» © Autorización de San Pablo Multimedia
Envíame, Señor,
como bálsamo en las heridas del hermano
y fragancia de Evangelio derramado.
Envíame, Señor,
como oasis en tierras de desierto
y morada para vidas sin techo.
Envíame, Señor,
como candil en medio de la noche,
como buena noticia para los pobres.
Envíame, Señor,
como hogaza para el hambriento
y agua fresca para el sediento.
Envíame, Señor.
Camina a mi lado
para que mi misión
no sea en vano.
Envíame, Señor,
y dame nuevos hermanos
para que juntos
proclamemos tu reinado.
(Fermín Negre)