Jesús dijo: «Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco; ellas me siguen y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».
«Como un niño» © Difusión libre cortesía de Colegio Mayor José Kentenich
«Native Intuition» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Yo soy tu pastor, nada te falta.
En verdes praderas te hago recostar.
Te conduzco hacia fuentes tranquilas
y reparo tus fuerzas.
Te guío por el sendero justo
por el honor de mi nombre.
Aunque camines por cañadas oscuras,
no temas nada, porque yo voy contigo,
mi vara y mi cayado te traen el sosiego.
Preparo una mesa ante ti,
enfrente de tus enemigos.
Te unjo la cabeza con perfume,
hasta que tu copa rebose.
Mi bondad y mi misericordia
te acompañan
todos los días de tu vida,
y habitarás en mi casa
por años sin término.
(Rezandovoy, inspirado en el Salmo 23)