Ya llegan días
–oráculo del Señor–
en que cumpliré la promesa
que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.
En aquellos días y en aquella hora,
suscitaré a David un vástago legítimo
que hará justicia y derecho en la tierra.
En aquellos días se salvará Judá,
y en Jerusalén vivirán tranquilos,
y la llamarán así:
«Señor nuestra justicia».
«Music from Braid» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
El Hijo quiere encarnarse,
busca un vientre maternal
abierto a todo el misterio
para empezar a crecer,
busca una playa en espera
desplegada ante el mar infinito
para hacerse una ola,
busca una duda
en la cueva de una frente
para nacer en el frío,
busca una ausencia
en la oquedad de un corazón
para iniciar una historia,
busca una lágrima
rodando por la mejilla
para encenderla por dentro,
busca una ruta clandestina
por el agua y el desierto
para emigrar con los pobres,
busca un pueblo vacío
con rutina de muchedumbres
para encantarlo sin fin.
(Benjamín González Buelta, sj)