Jesús estaba un día en casa de unos amigos suyos. Había dos hermanas, que se llamaban Marta y María, y eran las dueñas de la casa.
Marta no paraba de trabajar, preparando la mesa, la comida, todos los rincones. María, en cambio, estaba todo el tiempo con Jesús, escuchando sus palabras.
Entonces Marta se enfadó y se plantó en medio del grupo, y le dijo a Jesús: «Oye, ¿no te parece que mi hermana tiene mucha cara dura? Me tenía que ayudar y no da ni golpe. Dile que me ayude».
Pero Jesús miró a Marta con cariño, y le dijo: «Marta, Marta, estás preocupada de muchas cosas que no hacen falta. María ha hecho lo que tenía que hacer».
Tan cerca de ti,
tan cerca de mí,
que hasta lo puedo tocar,
Jesús esta aquí.
Le hablare sin miedo al oído,
le contaré las cosas que hay en mí;
y que solo a Él le interesaran,
Él es más que un mito para mí...
Tan cerca de ti...
No busques a Cristo en lo alto,
ni lo busques en la oscuridad;
muy cerca de ti, en tu corazón,
puedes adorar a tu Señor...
Tan cerca de ti...
Míralo a tu lado caminando,
paseando entre la multitud;
muchos ciegos son, porque no lo ven,
ciegos de ceguera espiritual...
Tan cerca de ti...