Al llegar el día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en la misma casa. Aún pasaban mucho tiempo escondidos, por miedo a que las autoridades judías les persiguieran como habían perseguido a Jesús. De repente, un ruido fuerte, como si fuera un viento muy intenso, resonó en la casa. Y vieron unas llamas de fuego que se posaban sobre cada uno. Era el Espíritu de Dios. Todos empezaron a hablar en distintos idiomas. Era como si Dios les mandase hablar con todo el mundo. Entonces salieron a la calle. Ya no tenían miedo. Jerusalén estaba lleno de judíos de muchos lugares, de ciudades y países muy lejanos; y estaban sorprendidos, porque los amigos de Jesús hablaban en todos los idiomas, contando siempre las maravillas que había hecho Dios.
«Sol Fe Ando.» © Autorización de Alvaro Fraile
No tengas miedo, tú no te rindas no pierdas la esperanza. No tengas miedo, Yo estoy contigo en lo que venga… y nada puede ni podrá el desconsuelo retando a la esperanza. Anda… levántate y anda. No tengas miedo, no desesperes no pierdas la confianza. no tengas miedo, Yo voy contigo siempre y a donde vayas. No dejes que envejezca un solo sueño cosido a alguna almohada Anda… levántate y anda. No tengas miedo Yo te sujeto sólo confía y salta. No tengas miedo, voy a cuidarte y te alzaré cuando caigas. Siempre puedes empezar de cero Yo lo hago todo nuevo. Anda… levántate y anda. Tú eres mi sueño y mi causa no pienses que voy a dejarte caer voy a despertarte y estaré a tu lado para que cada día sea un nuevo renacer. Y para que tengas vida!… Anda! Levántate
Cuando todo esté oscuro Cuando esté solo Cuando no espere nada Si me siento triste Porque tú me ayudarás