Jesús volvió a Galilea. Tenía la fuerza del Espíritu Santo, y su fama se extendía por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas de los judíos y todos valoraban mucho lo que hacía y decía. Fue a Nazaret, el pueblo donde había vivido de pequeño. Entró en la sinagoga, y se puso en pie para hacer la lectura. Entonces leyó un texto del profeta Isaías. Decía: “El espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha nombrado. Me ha enviado para anunciar la buena noticia a los pobres, para anunciar la libertad a los que están presos, y dar la vista a los ciegos; para liberar a los oprimidos, y anunciar el tiempo de la misericordia de Dios”. Leía con tono solemne. Cuando terminó la lectura, empezó a explicarla. Todos estaban atentos. Y entonces les anunció: “Esto que acabáis de oír se cumple hoy”.
«El amor lo arregla todo.» © Con la autorización de Migueli
Me atrevo a hacer algo que antes no sabia me sale muy bien, ¡que bueno! asi es, asi es, asi es. Un querido amigo, que ya habia perdido lo vuelvo a tener ¡que bueno! asi es, asi es, asi es. La fuerza por dentro, la luz de la cara, la gracia en el cuerpo, la fe en la mirada. Espiritu santo, asi es, asi es, asi es, que bueno asi es, Espiritu santo, asi es, asi es, asi es, que bueno asi es, Espirtitu santo….., asi es Tengo algo de miedo y la voz de mi gente me hace sentir bien, ¡que bueno! asi es, asi es, asi es. Como la sonrisa regalo del dia, que hago todo bien, ¡que bueno! asi es, asi es, asi es. La fuerza por dentro, la luz de la cara, la gracia en el cuerpo, la fe en la mirada.
Porque me libras de la tristeza …gracias, Espíritu de Dios. Porque me quieres …gracias, Espíritu de Dios. Porque curas nuestras heridas …gracias, Espíritu de Dios. Porque me dices que todo va a salir bien …gracias, Espíritu de Dios. Porque me enseñas a sonreír …gracias, Espíritu de Dios. Porque vives dentro de mí …gracias, Espíritu de Dios.