Jesús nació en Belén en tiempos del rey Herodes. Unos magos que venían de Oriente aparecieron en Jerusalén, y preguntaban: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. El rey Herodes sintió muchísima envidia, y se enfadó. Gritaba: “¡El rey soy yo!” Y quería acabar con el niño. Aunque intentó que no se le notara. Entonces Herodes dijo a los magos que se enterasen de dónde estaba el niño. Les dijo que él también quería ir a adorarlo. Pero era mentira. Lo que quería era acabar con él. Los magos se marcharon, y la estrella les llevó hasta un establo. Y allí, al entrar, vieron al niño, y a María y José. Se pusieron de rodillas y lo adoraron. Y le dieron los regalos que se hacían entonces a los reyes: oro, incienso y mirra. Esa noche un ángel les dijo que no hicieran ni caso a Herodes, y ellos entonces se marcharon a su tierra por otro camino.
A veces te pregunto ¿por qué yo? y solo me respondes, porque quiero Es un misterio grande que nos llames así tal como somos a tu encuentro Entonces redescubro una verdad mi vida, nuestra vida es un tesoro se trata entonces solo de ofrecerte con todo nuestro amor esto que somos QUÉ TE DARÉ QUÉ TE DAREMOS SI TODO, TODO ES TU REGALO TE OFRECERÉ TE OFRECEREMOS ESTO QUE SOMOS ESTO QUE SOY ESO TE DOY Esto que soy esto es lo que te doy esto que somos es lo que te damos tu no desprecias nuestra vida humilde se trata de poner todo en tus manos Aquí van mis trabajos y mi fe, mis clases, mis bajones y mis sueños y todas las personas que me diste desde mi corazón te las ofrezco.
«Esto que soy.» © Autorización de San Pablo Multimedia
Mi humilde regalo…
para ti, Jesús.
Mi día y mi trabajo…
para ti, Jesús.
Mi juego y mi descanso…
para ti, Jesús.
Mi noche y mi sueño…
para ti, Jesús.
Mi abrazo que da calor a tantos…
para ti, Jesús.
Mi mano que quiere ayudar...
para ti, Jesús.
Mi deseo de ser mejor…
para ti, Jesús.
Mi sonrisa para María y José…
para ti, Jesús.